Sacando fotos con una Canon A-1

Cuando estaba en el colegio y en la universidad siempre andaba sacando fotos con mi Holga. Después, más o menos el 2014-5, mi abuela me regaló su Canon A-1. A pesar de no tener ningún conocimiento, nunca sentí que fuera mucho para mí, principalmente porque mi abuela siempre me dijo que la usara no más, sin pensarlo mucho. Con esa patudez me acerqué a la fotografía. Los años pasaron y seguí ocupándola, con distintos rollos, diferentes personas para retratar y por supuesto, distintos resultados.

Era evidente que la cámara necesitaba un mantenimiento: tenía el lente abollado, humedad (por suerte no tenía hongos, increíblemente). Por fortuna, en medio de la pandemia encontré trabajo y pude mandarla a reparar. No salió tan caro y probablemente lo podría haber pagado con mi sueldo de ayudante, pero bueno, supongo que fue algo simbólico pagar la reparación con un trabajo de verdad (?).

La cosa es que durante la pandemia estuve muy encerrada, por lo que las fotos que saqué fueron con una point and shoot que también compré por esos meses. No tenía muchos motivos para sacar la Canon… Hasta ahora.

Volver a usar la cámara

Con el Jose empezamos a salir a sacar fotos, ambos desde aproximaciones muy distintas. Yo desde la patudez y buscando los típicos accidentes” propios de las cámaras Lomo con las que me introduje en la fotografía análoga.

Por eso, compartir la cámara fue fantástico, viendo las luces y cosas que le interesaban al otro. Aunque ahora que las veo, la verdad es que no somos tan distintos y solo sacamos fotos al otro jaja.

Les dejo algunas fotos que me gustaron ❤️ La película es un bello Fuji Superia X-Tra de 400. El revelado y digitalizado fue hecho en Migo.

Gracias a Jose por los lindos momentos y los retratos, ahora tengo fotos de perfil para un año.

(Sí, solo salimos a comer y tomar café).

lentes telefono fantasmal triciclo rojo perfil
lentes ojitos area almuerzo nanda jose luz yop verde

May 16, 2022 · fotografía · 35mm · fotos · paseos · santiago


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